Este fue el primer plato fuerte de 2018. Empecé suave el año, con lecturas fáciles y cómodas para mis prejuicios. Pero llegó la violencia que Despentes vertió en este libro. Ella misma afirmó en entrevistas, con cierta perspectiva, que actualmente no escribiría Teoría King Kong en ese tono hostil y de odio que desprende.
Había sido censurada la adaptación al cine de su libro Fóllame, que había guionizado y dirigido junto a Coralie Trinh Thi, y estaba enfadada con el sistema y eso se nota. Mucho.
A modo de autobiografía Virginie pone encima de la mesa muchos temas como la cultura de la violación (el rechazo al silencio y al recato que se supone que la víctima debe guardar), la prostitución, el matrimonio, la represión del deseo, el gusto por la sumisión y el feminismo, la pornografía, entre otros. Todos ellos tratados con mucha crudeza. Sin edulcorantes ni filtros, utilizando el libro como su espacio íntimo de desahogo.
Da puntos muy válidos, otros que no lo son tanto. Pero en ambos casos, te obliga a reflexionar sobre realidades que a mí, desde mi posición y circunstancias, no se me han planteado de otra forma.
Y desde el momento en que lo terminé supe que necesitaba releerlo para volver a tener de frente esas realidades y crearme una opinión más abierta. Y lo haré, pero a saber cuando.
Se fue enero, y con él, por fin, los retales que aún quedaban de las dichosas fiestas navideñas. Os cuento en este espacio (inaugurado hoy) las lecturas que me han acompañado este frío mes.
A rasgos generales, como veréis a continuación, he intentado enmendar la carencia que descubrí a finales de diciembre y que os conté en mi última entrada. Se trata de la poca variedad en cuanto a escritoras en comparación con escritores. También he empezado el año leyendo literatura contemporánea, cosa poco habitual en mi.
¡Al grano! Estas son mis lecturas del mes:
La noche en que Frankenstein leyó el Quijote, Santiago Posteguillo.
Un libro en el que cada capítulo cuenta una anécdota o dato referente a la literatura. Ya conocía alguna de estas historias pero otras me han dejado con la boca abierta. Además, a veces Posteguillo no desvela de quién está hablando hasta el final, lo que mantiene la atención y la intriga. Se devora rapidísimo si te gusta el tema. No me voy a extender mucho más porque ya escribí hace poco sobre él aquí.
El talento de Mr. Ripley, Patricia Highsmith.
Gracias a la propuesta de los chicos de La Milana Bonita, un programa radiofónico dedicado al fomento de la lectura (que os recomiendo con fervor), llegué hasta este libro. ¡Y qué descubrimiento! El género de esta obra, según la editorial Anagrama, se sitúa entre novela policíaca y novela negra, ambos desconocidos para mi.
En ella se cuenta la historia de Tom Ripley, un chico americano al que una proposición de negocio le lleva a protagonizar una trama de crímenes y estafa principalmente por Italia. ¿Qué tiene de particular? Que empatizas tanto con el asesino que no quieres, por nada del mundo, que sea descubierto. Mantiene la tensión durante toda la historia y, aunque claramente, Ripley es amoral, te engatusa hasta que te avergüenzas de tu grado de comprensión. Y lo mejor es que deja con ganas de más ¡Y hay más! 4 novelas le siguen a esta primera creando una serie/saga que tengo previsto degustar poco a poco.
Adaptación cinematográfica de El Talento de Mr. Ripley (1999)
Mi negro pasado, Laura Esquivel.
Es la segunda parte de la famosa novela Como agua para chocolate. Mi negro pasado es la historia María, una chica adicta a la comida que sufre varios golpes de una vez: una separación, la muerte de su madre y desprecio hacia su hijo por parte de sus familiares más cercanos. En esta situación aparece su «hada madrina» para salvarla de clichés innecesarios, su abuela Lucía. Personalmente, el tema abuelos, toca bastante mi sensibilidad y seguramente por ello me inundó una nostalgia absoluta al leerlo.
No es una gran novela ni creo que se convierta en libro de cabecera, pero sí es muy agradable de leer. Curiosamente es la misma opinión que mantengo de Como agua para chocolate, que leí hace ya unos años. Laura Esquivel, además, es uno de esos libros que incluye banda sonora para cada uno de los capítulos, cosa que me gusta bastante en las novelas cuando está bien hecho.
PD: Gracias Nadia
Estupor y temblores, Amélie Nothomb.
Primera toma de contacto con esta prolífica autora belga. Su obra es, en su mayoría, autobiográfica. Tiene un estilo frío y distante, lo que puede dar la sensación de que sus tramas toman un aire cómico.
Estupor y temblores narra el paso de una joven belga en una empresa japonesa y el choque con la cultura profesional asiática. Es entretenido y ágil pero, sinceramente, las reseñas que había leído lo situaban muy por encima de lo que en realidad me ha parecido a mi. Me gusta su estilo sin florituras (lo que más) y es curioso leer sobre la dedicación desmesurada de los japoneses a su trabajo, por encima de su vida personal.
Otras maneras de usar la boca, Rupi Kaur
Rupi Kaur es una joven poeta e ilustradora de origen paquistaní residente en Canadá que, tan solo con 22 años, publicó su primer libro «Milk and honey» traducido al español como «Otras maneras de usar la boca». Parece que «Leche y miel» no era un título lo suficientemente provocador.
Es un canto feminista para nuevas generaciones dividido en 4 partes: daño, amor, ruptura y cura. A mi creo que me ha pillado un poco tarde. Cuando quiero leer poesía, no es exactamente a esta poesía a la que me refiero. Salvando varios poemas no es el tipo de obra que me conmueve, pero reconozco que este libro puede ser un arma muy poderosa ya que denuncia temas muy importantes como el abuso sexual infantil, por ejemplo.
Hasta aquí mis lecturas de enero, ¿habéis leído alguna de estas obras? ¿Qué lecturas han acompañado vuestro último mes?
En mi Reto literario 2016 (que empecé en septiembre) me propuse hacer 12 lecturas de géneros diferentes con el fin de ordenar mi lista interminable de libros por leer y, además, variar en contenido. Como adelanto os digo que el resultado del reto aparentemente es un fracaso. He conseguido leer 7 obras, de las que por supuesto tengo algo que decir:
Novela epistolar: Frankenstein, Mary Shelley.
Sorpresa. Tenía una tendencia bastante alimentada a creer que Frankenstein o El Moderno Prometeo era una historia de terror espeluznante. Y para mí lo más espeluznante es que me plantee si verdaderamente las personas que han trabajado y/o colaborado en las infinitas adaptaciones que se ha hecho de esta novela hayan leído la historia original.
Víctor Frankenstein con su afán de superación y el monstruo con su necesidad de amor nos muestran la naturaleza humana según Mary Shelley. Se pueden extrapolar tantos temas implícitos en esta pequeña obra que, repito, me da pavor pensar que gente competente haya pasado por alto la profundidad con la que merece ser tratada.
Teatro: El genio alegre, Hermanos Álvarez Quintero.
Risa. Obra arraigada a Andalucía con unos toques sarcásticos e irónicos que se agradecen. La profundidad aquí es mucho más palpable y el mensaje más directo: con el genio alegre se lleva mejor la vida. Cómo veis por ser sencillo no es menos importante. Me gustaría resaltar a Lucío, uno de los personajes más simpáticos que recuerdo en todo este año de lectura.
Distopía: Un mundo feliz, Aldous Huxley.
Cae como un jarro de agua fría y te despierta de tal forma que te hace creer que la llamada «resaca literaria» existe. Ya hace algún tiempo que lo leí y, la verdad, tenía ganas de verlo con cierta perspectiva por todo lo que me había hecho sentir.
Algo tendrá que ver que la distopía sea mi género favorito, pero si tuviera que elegir cual ha sido mi mejor lectura de 2016 sin duda sería Un mundo feliz.
Poesía: Las flores del mal, Charles Baudelaire.
Si ya me parece difícil transmitir lo que percibo de mis lecturas en prosa imaginaos si intentase hacerlo de las lecturas en verso. Pero agradezco a Hilos Primitivos su recomendación aquel día que propuse el reto porque definitivamente Baudelaire tiene otro nivel Maribel.
Autobiografía: Mientras escribo, Stephen King.
Acercamiento. Sinceramente no he leído nada de este autor por no ser un género que me llamara la atención pero me generaba mucha curiosidad la vida de un escritor tan prolífico. Y fue en esta obra donde encontré el fragmento «Qué es escribir» en la que resume su visión sobre la escritura como profesión. Recomiendo que, si no lo habéis hecho, dediquéis apenas cinco minutillos a su lectura.
Novela policíaca: Matar un ruiseñor, Harper Lee.
Esperaba más de este libro. No es por criticar, de hecho la obra está bien escrita, el argumento es bueno, los personajes me gustan, la niña como voz narradora también, pero quizás mis expectativas estaban más altas o mi nivel de sensibilidad más bajo. No lo sé. El caso es que este libro tiene críticas muy buenas y por mí ha pasado como una lectura amena sin más.
Literatura infantil: Matilda, Roald Dahl.
Diversión. Opté por Roald Dahl por recomendación de Mr. Poecraft Hyde y aproveché que mi sobrina de 8 años tenía Matilda entre sus libros. Ha sido una buena elección para acabar el año por el estilo fresco que conllevan las historias infantiles. Un toque de sensatez, un toque de fantasía, amor por la literatura de un espíritu inquieto… Matilda me ha ganado. Y Dahl también.
¿Siento frustración por no cumplir el reto?
No. Con aprovechar los ratos que tengo para evadirme con la lectura me siento más que satisfecha. Ni me he planteado leer con más prisa y menos profundidad (y disfrute) por haberme propuesto este reto. De hecho me he salido de la lista en varias ocasiones y he empezado otros títulos por simple ansia y desorden.
¿Habrá reto para 2017?
Me temo que este proyecto piloto 2016 ha dejado claro que planear a largo plazo en una afición tan viva es inútil (al menos para mi dispersión).
Esto no es más que intentar ordenar mis lecturas en los próximos meses. Soy un poco bastante dispersa y salto de una obra a otra por pura ansia curiosidad.
Me sumerjo en autores y sus biografías o hechos históricos sobre los que me apetece leer sin tener muy en cuenta un orden específico y se me acumulan libros que, sin duda, tuve ganas de leer de una sentada. Por tanto, más que un reto literario, es un reto personal que me apetece compartir aquí.
He sacado la lista interminable de próximas lecturas y de septiembre a diciembre pretendo leer 12 obras de 12 géneros literarios diferentes. Me voy a permitir el lujo de no seguir un orden específico y guiarme más por lo que se me antoje en cada momento dentro de los títulos escogidos, que son los siguientes:
Novela histórica: La vieja sirena, José Luis Sampedro.
Novela epistolar: Frankenstein, Mary Shelley.
Teatro: El genio alegre, Hermanos Álvarez Quintero.
Distopía: Un mundo feliz, Aldous Huxley.
Ensayo: Tres guineas, Virginia Woolf.
Poesía: Cotidianas, Mario Benedetti.
Autobiografía: Mientras escribo, Stephen King.
Fantasía: El maravilloso mundo de Oz, Lyman Frank Baum.
Novela filosófica: El mundo de Sofía.
Novela gótica: Drácula, Bram Stoker.
Novela existencialista: La peste, Albert Camus.
Novela policíaca: Matar un ruiseñor, Harper Lee.
Os iré contando cómo van mis avances en lo que queda de año y comprobaré si soy capaz de afrontar el 2017 con otro reto. Digamos que este es un «proyecto piloto».
¿Habéis leído alguno de los libros que propongo? ¿Me recomendaríais otro título en algún género específico? ¿Sois ordenados o un auténtico desastre como yo?